Si os apetece vamos a hacer hoy un repaso rápido en imágenes de lo que ha dado de sí este viaje y alguno que llegue tarde hasta se ahorrará así la paliza de tener que verlo todo, jajaja:
En las instalaciones de Yamaha El Prat y arropado por los amigos, el staff de Yamaha y hasta los periodistas, la salida estuvo espectacular.
Ya en ruta, el primer día la nena y yo tiramos hacia los Alpes francesses a subir el puerto de Alpe d'Huez...
... el Col du Galibier...
Ya en ruta, el primer día la nena y yo tiramos hacia los Alpes francesses a subir el puerto de Alpe d'Huez...
... el Col du Galibier...
... y llegar hasta la famosa concentración Stella Alpina Internazionale de Bardonechia (Italia).
Gracias a una promoción de Yamaha Marketing, allí los que se acercaron con sus Teneré y Superteneré a hacerse la foto con mi moto consiguieron un vale de 200 euros. ¡No está mal!
Algunos nos animamos a subir por la pista embarrada desde la acampada hasta los picos nevados del Sommelier.
Al día siguiente pasé por el precioso Lago di Como...
... paré un rato en Liechtenstein...
... y llegué hasta el mítico puerto del Stelvio que subí yo sólo de noche y ya temprano por la mañana en el sentido inverso. Todo el Stelvio para mi... espectacular.
Todavía en Italia me pasé por los Dolomitas. Lago Carezza.
Y, ya en Austria, atravesé el paso del Grosglockner.
Visité Bratislava, la capital de Eslovaquia...
... y también Budapest, la de Hungría.
En Rumanía tiré hacia Sighisoara (Transilvania) para pasar la noche al lado de la casa de Vlad Dracul, Drácula.
Y al día siguiente subí el puerto de la Transfagarasán.
Bajando paré en la Catedral de Curtea, la obra del Maestro Manole.
Cruzando Bulgaria, un descanso en la antigua capital Veliko Tarnovo.
Y, por fin, Estambul, la perla de Turquía.
Europa se me acabó y entré en Asia.
Tras cruzar Turquía entera, una buena vista del bíblico Monte Ararat en Dogubayazit...
... donde visitamos el Isaak Pasha Sarayi.
De madrugada regresé años después a Teherán, la capital de Irán.
Pasé por Quom...
... camino de la añorada y espléndida Isfahan.
Pero por la noche ya estaba en Yazd haciendo amigos..
Ya en Pakistán, la cosa se puso más tensa al paso por Baluchistán debido a la amenaza de los talibanes...
Repostando donde se podía...
... mientras el calor apretaba.
Aunque entre escolta y escolta también había tiempo para conocer gente...
En la mítica Karakorum Highway...
... parte de la auténtica y original ruta de la seda.
Es el Himalaya pakistaní.
La nena pasó un lago sobre una barca.
Pero la Karakorum estaba bloqueada por desprendimientos de un glaciar...
... o sea que al día siguiente otra vez al lago de vuelta...
Hice algo de turismo en Islamabad, la capital de Pakistán...
... pero también me ocupé de la nena con trabajos de aceite...
... y de neumáticos.
Más turismo en Lahoré...
... y la curiosa ceremonia de la Wagah Border.
Llegué finalmente a la India y me purifiqué en el Golden Temple de Amritsar.
Igualito...
Los amigos del ATCE y sus Royal Enfield con quien compartí unos tres días revitalizantes.
La fotaza del viaje que me sacó Olga...
El "Himalaya Team" en el Kurzum La Pass (4.500 m de altura, que ya es arriba...).
Una mañana de "Royal Enfield Experience" con la Bullet 500 cc...
Ya otra vez en solitario me llegué hasta Delhi, la capital de la India.
Me dirigí luego hacia el Rajastán a comer con unas amigas en Deshnoke...
Y un poco más allá, hacia Ajmer.
Y al día siguiente hasta Jaipur, capital del Rajastán y tierra de Maharajás.
Emocionante la visita a Agra y su Taj Mahal.
Luchando con las infames carreteras interiores indias llegué finalmente a los templos eróticos de Kahuraho.
Mahatma Gandhi, el padre de la India actual.
Lo próximo fue llegar hasta el centro espiritual del Hinduismo: los Gaths en el sagrado Ganges de Varanasi/Benarés.
Cuando llegué a Kolcata/Calcuta...
... fue especialmente emocionante visitar la tumba de la Madre Teresa...
... y el orfanato de las Madres Misioneras.
En cambio las cosas no fueron tan bien en Bangladesh donde sólo pude estar tres horas sin conseguir solucionar burocráticamente la entrada al país de la moto.
Durmiendo a veces en sitios algo "peculiares"..
... y luchando con las desastrosas carreteras indias...
... conseguí finalmente llegar hasta Nepal.
Me pasé por Pokhara y su famoso lago.
Y ya por fin, tras 43 días y 20.000 km de aventura, llegué hasta mi destino final: Kathmandú.
El demonio de Kathmandú....
Y al final del final... la megavaca volvió a casa en su cajita, envuelta para regalo, jajaja.
En definitiva, que ha sido una aventurilla que no ha estado tan mal...¿no? aunque como podéis imaginar ha habido momentos de todo... Ups!
Namasté: