DÍA 43: BHARATPUR - KATHMANDÚ (365 KM):
Como os decía ayer este verano el Monzón con sus inundaciones y desprendimientos ha dejado en Nepal más de 150 muertos, 140 desaparecidos y diversos problemas con algunas carreteras cortadas, por eso he decidido cambiar mi track que daba un poco más de vuelta por un vallecito y voy a ir a lo seguro por la carretera más habitual hacia Pokhara.
Va a ser mi último día de ruta larga y ello hace que me lo tome con una calma inusual, como si realmente no quisiera que esto se termine nunca...
Llego así a Pokhara, la segunda ciudad en importancia del Nepal. La puerta de entrada nos deja claro (igual que las camisetas que llevan todos los críos) que a los nepalíes les encanta el fútbol.
Pokhara es sin lugar a dudas un paraíso para los turistas. El Tourist Village está plagado de hoteles, supermercados y hasta un German Bakery con Wifi donde los guiris navegan por la red tranquilamente mientras comen croissants y bollos de chocolate como si estuvieran en casa (incluso yo he sucumbido a la lujuria de volver a sentir en mi paladar el añorado gusto de lo occidental).
En el embarcadero del lago de Pokhara.
Por culpa de la bruma veraniega ahora somos incapaces de ver allí al fondo la silueta de los Anapurnas. Hasta dentro de unas semanas se mantienen ocultos pero creedme que están ahí ya que Pokhara es la base de salida de muchas expediciones.
Emprendo el último tramo de ésta larga aventura y casi voy descontando los kilómetros hasta Kathmandú. Es normal, me pasa en cada viaje. A cada susto que tengo pienso: a ver si tras 20.000 kms ahora no llegas por 100 que te faltan... jajaja.
El río sirve para el rafting de los guiris...
... o para los quehaceres de los lugareños...
Antes de llegar nos sorprende un tortuoso y largo puerto de montaña y al final, ahora sí, sobre el mediodía la Superteneré y yo entramos en KATHMANDÚ, nuestra meta final.
A falta de cartel de bienvenida (que no hay), al menos una fotito ante el Kathmandú Mall, que no "sus fuerais" a pensar que en realidad estoy en Alcorcón...
Vamos a pasarnos un rato por la Stupa Swayambhunath (Patrimonio de la Humanidad), uno de los iconos máximos de la capital del Nepal y de los principales centro de peregrinación budista.
No, esta no es. Esta es "de barrio" y yo la quiero ver más grande...
Ahora sí. Hasta ahí arriba hemos de subir.
Puerta al recinto.
La escalera, de 365 escalones, es empinadita o sea que tómatelo con calma....
Para coger aire por el camino te puedes entretener con los monos que aquí son sagrados (se le llama también Templo de los Monos).
Según la mitología el dios que creó esta colina se dejó el pelo largo, le crecieron los piojos y luego estos se transformaron en monos, de ahí su santidad... Esta mona precisamente parece que le busca los piojos a su vástago.
Este se los busca solito...
Venga que ya falta menos... (aunque mentalízate que cuando ya estés llegando arriba el vigilante te va a cobrar la entrada...)
Amor de madre...
Y por fin... ¡la Stupa!
El Vajra o Dorje, símbolo tibetano de la tormenta.
Son los famosos "Ojos de Buda" con las cejas pintadas. Lo de en medio no es una nariz ni un interrogante, sino la grafía nepalí que significa la unidad .
Los típicos carretes budistas.
Vista de Kathmandú, que como veis no es un pueblucho ni mucho menos...
En la cima hay diversos templos.
Según la leyenda el mismo dios aquél dejó caer una flor de loto, de forma que del loto nació la colina y de la flor finalmente la Stupa.
Bajar las escaleras siempre es más agradecido (¡nos ha jodido!), de manera que al poco rato ya estoy en la moto dirigiéndome hacia el barrio de Thamel donde los hostales son numerosísimos.
De hecho en Kathmandú hay dos zonas donde alojarse, en Freak Street cerca de Durbar Square donde se alojaban los primeros hippies que visitaban Kathmandú en los 60, o bien ya en el barrio de Thamel con mucha más oferta hoy día y que parece Disneylandia para los guiris. En mi caso he optado por Thamel porque la empresa de transportes que he escogido para la vuelta de la moto a Barcelona tiene la oficina aquí.
Al poco de entrar en el barrio veo un Guest House (Pilgrims Guest House, unos 13 leros) que tiene patio intrerior donde la moto va a quedar muy bien resguardada y un restaurante (Pilgrims Garden) muy chulo.
En el embarcadero del lago de Pokhara.
Por culpa de la bruma veraniega ahora somos incapaces de ver allí al fondo la silueta de los Anapurnas. Hasta dentro de unas semanas se mantienen ocultos pero creedme que están ahí ya que Pokhara es la base de salida de muchas expediciones.
Emprendo el último tramo de ésta larga aventura y casi voy descontando los kilómetros hasta Kathmandú. Es normal, me pasa en cada viaje. A cada susto que tengo pienso: a ver si tras 20.000 kms ahora no llegas por 100 que te faltan... jajaja.
El río sirve para el rafting de los guiris...
... o para los quehaceres de los lugareños...
Antes de llegar nos sorprende un tortuoso y largo puerto de montaña y al final, ahora sí, sobre el mediodía la Superteneré y yo entramos en KATHMANDÚ, nuestra meta final.
A falta de cartel de bienvenida (que no hay), al menos una fotito ante el Kathmandú Mall, que no "sus fuerais" a pensar que en realidad estoy en Alcorcón...
Vamos a pasarnos un rato por la Stupa Swayambhunath (Patrimonio de la Humanidad), uno de los iconos máximos de la capital del Nepal y de los principales centro de peregrinación budista.
No, esta no es. Esta es "de barrio" y yo la quiero ver más grande...
Ahora sí. Hasta ahí arriba hemos de subir.
Puerta al recinto.
La escalera, de 365 escalones, es empinadita o sea que tómatelo con calma....
Para coger aire por el camino te puedes entretener con los monos que aquí son sagrados (se le llama también Templo de los Monos).
Según la mitología el dios que creó esta colina se dejó el pelo largo, le crecieron los piojos y luego estos se transformaron en monos, de ahí su santidad... Esta mona precisamente parece que le busca los piojos a su vástago.
Este se los busca solito...
Venga que ya falta menos... (aunque mentalízate que cuando ya estés llegando arriba el vigilante te va a cobrar la entrada...)
Amor de madre...
Y por fin... ¡la Stupa!
El Vajra o Dorje, símbolo tibetano de la tormenta.
Son los famosos "Ojos de Buda" con las cejas pintadas. Lo de en medio no es una nariz ni un interrogante, sino la grafía nepalí que significa la unidad .
Los típicos carretes budistas.
Vista de Kathmandú, que como veis no es un pueblucho ni mucho menos...
En la cima hay diversos templos.
Según la leyenda el mismo dios aquél dejó caer una flor de loto, de forma que del loto nació la colina y de la flor finalmente la Stupa.
Bajar las escaleras siempre es más agradecido (¡nos ha jodido!), de manera que al poco rato ya estoy en la moto dirigiéndome hacia el barrio de Thamel donde los hostales son numerosísimos.
De hecho en Kathmandú hay dos zonas donde alojarse, en Freak Street cerca de Durbar Square donde se alojaban los primeros hippies que visitaban Kathmandú en los 60, o bien ya en el barrio de Thamel con mucha más oferta hoy día y que parece Disneylandia para los guiris. En mi caso he optado por Thamel porque la empresa de transportes que he escogido para la vuelta de la moto a Barcelona tiene la oficina aquí.
Al poco de entrar en el barrio veo un Guest House (Pilgrims Guest House, unos 13 leros) que tiene patio intrerior donde la moto va a quedar muy bien resguardada y un restaurante (Pilgrims Garden) muy chulo.
Por la tarde ya aprovecho para acercarme a la oficina de transporte para empezar a hacer trámites, y por la noche me apalanco entre los cojines de la terraza Chill Out del restaurante y me empujo unos espaguetis a la boloñesa de escándalo.
Y es que hay que celebrarlo porque por si todavía no os habíais enterado...
¡¡¡¡¡ESTOY EN KATHMANDÚ!!!!!, jajaja.
Números finales hasta destino:
Kms hoy: 365 km
Días: 42 y medio.
Acumulados final hasta destino: 20.148 km
Media final hasta destino: 474 km/dia
Hemos pasado definitivamente por 19 países.
No hay comentarios:
Publicar un comentario