jueves, 31 de julio de 2014

DÍA 20 DESANDANDO EL CAMINO










DÍA 20: GULMIT - BESHAM (472 KM):







Ayer un parroquiano me indicó que por la mañana a primera hora el agua del glaciar que ha provocado el derrumbamiento baja algo menos caudalosa y tal vez se pueda intentar cruzar. Total, que a las 6 de la mañana ya estoy yo allí a ver el que, pues por mi no va a quedar. Un par de 4x4 locales también se lo estan mirando pues seguro que cada día así deben perder business.



Pero nada. El único vehículo que puede pasar es una retroexcavadora que se lleva a los trabajadores chinos al otro lado para intentar arreglar poco a poco el desaguisado.



Yo creo que si el éxito de este viaje dependiera de ello hubiera desmontado media moto y llego a un acuerdo con el de la excavadora para pasar al otro lado, pero después tendría que volver a montarla. Como no tengo posibilidad de cruzar a China y he de volver atrás, tras llegar al Kunjerab mañana o pasado tendría que repetir la jugada desde el otro lado con el peligro que entonces el río baje más caudaloso y la grúa ya no pueda pasar con lo que me quedaría atrapado al otro lado entre la frontera y el río y el viaje estaría en "game over". No vale la pena el riesgo y el esfuerzo....

No me queda más remedio que dar media vuelta y volver al lago a ver si a estas horas ya hay alguna barca, y a poder ser de las menos pequeñas.

Como me temía sólo hay una barquita de pasajeros y aunque el tío cree que entre él y su ayudante pueden poner la moto en la barca a pulso en realidad no tiene ni idea de lo que pesa la megavaca...



Finalmente al rato llega una barca de las más grandes y no sin una buena dosis de emoción consigo poner la moto en la proa.



Allá que vamos. ¿A que hace aventurero así la moto en la barca y las montañas del Karakorum al fondo? Jajaja.




Los chinos están construyendo ya una carretera alternativa alrededor del lago.



Con una nueva sudada para sacar la moto de la barca sin mandarla al fondo, finalmente ella y yo estamos en tierra firme que es donde nos gusta estar...

Me hago de nuevo el mini-Stelvio que ya pasamos ayer, ahora de bajada.


Y ale, a darle al mango desandando el mismo camino exactamente como los cangrejos, con los pedregales, los arenales y sus badenes correspondientes.











Precisamente en el paso de un arenal nuestro equipo expedicionario sufre una baja inesperadamente. Estaba ya dentro de la arena luchando con la dirección de la moto cuando veo que por el otro lado entra en la arena un Toyota Prado de los gordos y ocupándolo todo con una trayectoria que se acerca peligrosamente sin que yo pueda ya rectificar casi. En definitiva, que el notas no es que pase más justo que un dedo en el culo, sinó que le pega con su retrovisor enorme un viaje al mío que muere en acto de servicio instantáneamente roto en mil pedazos.

El tío, que ni siquiera se ha parado, no creo que desde su carro con el aire acondicionado y su musiquilla oyera alguno de los improperios gordos que le he mandado.

El resultado de la tontería es que me he quedado justamente sin el espejo de adelantar aquí que se conduce por la izquierda. Te echaremos en falta compañero y te deseamos lo mejor allá donde sea que esté el cielo de los retrovisores... Tú que habías aguantado como un campeón un par de caídas en parado sin inmutarte, no has podido resistir ahora el latigazo a traición cobarde del Toyota Prado.

Le hago un apaño con cinta aislante pero lógicamente no se ve un pimiento...




A media tarde ando yo meditando si me dará tiempo de llegar a Islamabad cuando tras una curva veo la silueta inconfundible de una Africa Twin y allá que echo el ancla.

Son dos moteros (los únicos aventureros extranjeros que he encontrado en todo el viaje aparte de uno que me crucé cerca de Ankara, Turquía) que llevan todo el día tirados en una cuneta, pues el inglés tiene la bmw f650 dakar estropeada y la áfrica del germano, aunque funciona, hay que arrancarla a empujones.



Me quedo con ellos a intentar encontrar una solución contactando con los puestos de control de policía más cercanos o buscando un camión que cargue la moto (que este recurso ya me lo conozco yo de Mongolia...).

Al final se consigue precisamente un camión que llevará a la moto y a Dan hasta Islamabad, y el germano y yo que nos hacemos una horita de ruta en común, nos vemos obligados por la hora a quedarnos a dormir finalmente en Besham, en el mismo hotel que el otro día.

Hoy me siento bien, la solidaridad motera es un valor inquebrantable que hay que mantener pues yo mismo he sido en ocasiones el que está en problemas en un país extranjero con la moto averiada... Tal harás... tal encontrarás...



Kms hoy:  472 km
Acumulados: 12.800 km
Media: 640 km
Hemos pasado por 16 países

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